El verdadero desafío tras la reforma laboral

Después de más de dos años de ponencias, marchas y contramarchas, la reforma laboral fue aprobada por el Congreso de la República. Con ella, se abre una nueva etapa para el modelo de relaciones laborales en Colombia, una etapa que estará marcada por el reto más complejo de todos: traducir la ley en oportunidades reales de empleo formal y empresas sostenibles.

En medio de las tensiones políticas y la preocupación por los sobrecostos que esta reforma le impone al empresariado colombiano, hubo una luz que no puede pasar desapercibida: el reconocimiento expreso del empleo formal flexible, una figura  que ha sido estigmatizada por años, pero que finalmente fue entendida como fundamental,  válida, legal y necesaria para dinamizar la economía y reducir la informalidad.

Las Empresas de Servicios Temporales (EST) han estado en el centro de ese debate. Durante años han sido actores clave en la tercerización  laboral formal, abriendo puertas a millones de colombianos para acceder a empleos con protección social, salario justo y derechos laborales. Son, en muchos casos, la primera opción de ingreso al mundo del trabajo para quienes no cuentan con experiencia previa o enfrentan barreras estructurales de acceso.

Por eso, que el Congreso haya reiterado y protegido la figura de las EST en la reforma aprobada y que este miércoles 25 de junio será sancionada para convertirse en ley,  no es solo un triunfo para el gremio, sino para el país. Se ha atendido de alguna manera la necesidad de equilibrar derechos con sostenibilidad, protección con productividad, y formalización con flexibilidad.

Desde ACOSET hemos defendido una premisa clara: sin empresas no hay empleo, por eso seguiremos trabajando de la mano con los legisladores, el Gobierno, los empresarios y los trabajadores para cerrar brechas, ampliar coberturas y avanzar hacia un país con más trabajo formal, decente y diverso.

La verdadera reforma no es la que se aprueba en el Congreso, sino la que se siente en los barrios, en los campos, en las fábricas y oficinas. Y para que eso ocurra, necesitamos más que leyes: necesitamos visión, diálogo y voluntad de construir juntos mejores escenarios laborales, inclusivos y sostenibles.

Por Natalia Urrego Reyes

Directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos de ACOSET